miércoles, 25 de febrero de 2009

EL AÑADÍO

¿ Recordáis el lovetale BODA DE TRONÍO?.Se quedó en el tintero de la
memoria algo más que nos contó la chacha Adela sobre la matinal boda
madrileña y con aquel teatino que tenia prisa. Y como las cosas son
como son y además hay que recordarlo, me da la cosa de añadir algunas
frases del oficiante en su homilía que refiriéndose primero a la
novia que se presentó con dos de sus hijos de la mano, toda vestida de
blanco y flores artificiales de azahar en la delantera:
--Despues de tres años de vida marítima te presentas aquí con esos
azadares!!!
Al principio de la ceremonia y dirigiéndose a los que iban de testigos
y curiosos, en vez de separar los sexos a izquierda y derecha o
delante y detrás, que era pero que muy mirado, siguiendo la doctrina
de cuando entonces:
--¡¡Pantalones abajo y faldas arriba!!
Seguía la chacha Adela detallando que nadie y más en aquellos años
cualquiera no seguía las órdenes del teatino. Cosas de la época.
Otra venida en las meninges.
Por aquel entonces y cierro el lovetale que ya se acaba el plazo,
Martos no tenia joyería que se preciase y de alguna manera las esposas
de maquileros y olivareros se iban a invertir en alhajas lo que a
sus maridos y padres les dejaba la CAT por otro nombre Comisaría de
Abastecimientos y Transportes. Una de ellas se largó hasta Córdoba y
explicaba que en la Judería mercó un collar de los de hacer pis y no
echar gota. Presumía de lo barato, del pego que daba pues, decía, que
era más falso que Judas, que a ella le sobraba casi todo lo que
llevó y planeaba con María de la O hacer otro viaje para acabar con
lo asignado.
Así las cosas llegó en Carnaval, tan restringido que sólo en el
Casino o en La Amistad se bailaba y eso sin disfraz pero que era
pretexto para presumir de vestidos y colgantes en todos los sitios. En
plena charla con amigas y sus esposos, en un corrillo íntimo, un
viajante de paso por el,pueblo presumió de saber calibrar al céntimo
joyas y demás que para eso había servido como asistente en la casa de
Madrid del general de transmisiones. Fijándose en el collar de la dama
en cuestión pontificó:
-- Ese collar sí que es bueno, de perlas auténticas y no como otros
que he visto que ni siquiera son de Majórica
La mirada de súplica mezclada con terror que lanzó la buena mujer le
obligó a rectificar:
-- Bueno, es un error. Es una simple baratija. Me equivoqué: las
perlas son de imitación.
La chacha Adela cerró el tema diciendo que no sólo el comprador real
del collar sino tambien el viajante habían mojado en el mismo tintero

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