CUMPLEAÑOS
Acabo de volver a tierra, a lo prosaico, a la boira y a la contaminación de la ciudad. Y nada mejor que echar mi cuarto a espadas con una “navitale” sobre la mañana luminosa en el aire pirinaico, las crestas nevadas, la sequedad de los otrora llenos pantanos. Me espera pulir mi “campanar” del martes” próximo, retocar la transcripción de una larga charla con Manuela, dar vida a una tarde. mustia y semiluminosa. Y desde el ventanal de la cueva veo a las ramas sin hojas del jazmín y sus aromas y si siento añoranza del paraíso interior con el verdegris de las rmas de olivos somándose a las cunetas polvorientas del “camino del llano” jaenero,, la palio con el recuerdo de una vuelo sin ruidos, a casi nueve mil pies sobre el campo, apuntando al Aneto y dejando atrás el Turbión y la mancha de Torreciudad que no se asoma a las aguas del Barasona, sino a la aridez de sus orillas secas. Arriba tode es paz y comparto con mi compañero de vuelo la perfección de los Pirineos con aquella frase tan unamuniana: “ las montañas son catedrales hechas por Dios”. Ha sido en esta semana de Carnestolendas, quitarnos la careta de ls conveniencias sociales, el dejar abajo trabajos y obligaciones. Incluso olvidar lo del cumpleaños que tan generosa y cariñosamente me habeís recordato en este patio tan común y tan querido. Porque haciendo cuentas, desde el verano.otoño del año 44 del pasado siglo hasta ahora han pasado la tira de días, la infinidad de placeres con algun susto que otro en estos vuelos que me hacen agarrar una madurez que debería, por lógica, estar ya en el baúl de los recuerdos.
sábado, 2 de febrero de 2008
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