martes, 27 de octubre de 2009

jaminero otoñal

( publicado en "L MAÑANA" 27-10-09
JAZMINERO OTOÑAL
Puede que la bonanza, ese subidón de temperatura del finde cause despiste al enterado de todo. Puede que moleste a la santa la rebeca y que el jersey del paseo vespertino estorbe más de la cuenta. Pero sí. Estamos a fines de octubre y las hojas de árboles e hiedras empiezan a alfombrar de oro los suelos de calles y terrazas. Tenemos ya las castañas asadas, y me temo que reine, de verdad porque que soy xemófobo, el jayovín importado de yanquilandia con calabaza y todo, asomando su cursilería a las puertas de noviembre. ¡Con lo bonito y tan nuestro que es decir “castañada”!. Y que no se olvide la bebida acompañante, si es vino mejor que esa sustancia hecha con agua adulterada, endulzada y malbebida y que me niego a nombrar por aquello de la lealtad a un buen caldo de cualquiera de las zonas españolas pero con preferencia el Priorato o la Rioja. Pero hay otro síntoma otoñal y a él me aferro y destaco. Al menos en la terraza orgullo de mis sueños floridos, donde desafía la estación de hogaño un limonero engañado que saca ahora sus flores primaverales y donde el jazmín está dando sus últimos brotes de intenso aroma. Este sí que es síntoma para sacar el chaquetón, poner una manta en la cama y preparar el “foc a terra” en el el salón de estar. Que ha sido un verano-otoño excepcional para el jazminero desde junio, todos los días imponiendo su ley inimitable en olores y en constancia. Y acabo con unos versos que vienen como coda final: Cuando llegue la primavera--si yo estuviera muerto--las flores florecerán de la misma manera--y los árboles no serán menos verdes --que la primavera pasada; la realidad no me necesita

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