lunes, 17 de noviembre de 2008

AMOR A LA MONTAÑA

La exposición “amor a la muntanya” de Enrique Herreros quita tres tercios de siglo de encima, llevándome a la época donde Guadarrama y la Pedriza como base de montañismo y escuela de escalada eran marco de mis escapadas del asfalto urbanita. Pero si Quique fué punto de referencia para los montañeros de cuando entonces y en tanto círculo restringido, su variada y polifacética vitalidad con su pasión más conocida le llevó a la fama: humorista con sus dibujos en “la Codorniz” en la que colaboró hasta su muerte, y también representante de artistas de cine --descubrió a Sara Montiel y la lanzó al estrellato-- y sobre todo un hombre cuya humanidad y ternura supo reflejar a través del dibujo y el humor. Anoche se inauguró esta exposición en el Centro de Cultura Contemporánea de Pardiñas donde se ve la mano del alpinista lleidatá Juanjo Garra como organizador y es sin duda un buena base para acercar el humor a las generaciones actuales, dando a conocer una época donde Herreros hacía juegos malabares con la censura para cumplir su cita semanal con los lectores. Así que repaso una colección restringida del semanario que ayuda a mi memoria sobre la obra de Quique, que entusiasmó a muchos de los que salíamos de la sangrienta guerra civil deseando olvidarla e indignó a vetustos meapilas que no entendían o no querían entender la burla de costumbres y lenguajes que ellos consideraban intocables. Espero una multitudinaria asistencia a la exposición de Quique.

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