color otoñal

LO CAMPANAR
manolo molina
COLOR OTOÑAL
Estamos en el ecuador de Setiembre, el mes del color. Una paleta de contrastes que se va ofreciendo desde las laderas de nuestro Pirineo, con rincones donde domina el intenso verde de especies arbóreas de hoja perenne pero que dejan al mismo tiempo que asomen los dorados del follaje que está terminando su ciclo. Así, año tras año, esperando que estoy estas semanas, soñando con acertar con la que sea más óptima en cuando a colorido, sin adelantarme a la caída da la hoja caduca, sin esperar demasiado y perder una año más un contraste lleno de belleza. Eso en cuanto a la montaña, que en la ciudad el colorido toma carta de naturaleza en la faceta humana cuando adviertes la diferente tonalidad de quienes han pasado su agosto en playa, piscina o montaña. También, los que hemos “veraneado” al pie del cañón con escapadas cortas a nuestros retiros preferidos o gozando de la paz que ofrece una terraza. Y no dejemos a un lado ese hermoso contraste personal que es ver la salida de colegios con niños --y niñas para estar en lo políticamente correcto-- de diferentes orígenes o etnias. Cada vez más asumible, cada vez más dentro de una sociedad que va cambiando, dejando filias y fobias a un lado de la vereda de la vida. Como debe ser. Y entre el contraste bucólico, sereno, de las laderas del Pirineo -- ay!!, tan añorado-- y la paleta multicolor de unas aulas en cualquier colegio de Lleida, me impone, por su futuro, lo segundo que ya es base cada vez más afianzada de lo que será nuestra ciudad, nuestro entorno, dentro de unos lustros.